En el estudio de los materiales, y de la secuencia de estratos presentes en las cuatro obras de El Greco, se observan algunos procedimientos que se repinten en todas las obras, mientras que otros advierten una transformación en el tiempo. Estos cambios, al parecer, están vinculados a tres factores principales: la influencia de la manera de pintar en los lugares donde se han realizado las obras, el uso de materiales locales y por último, a modificaciones de la técnica pictórica debido a la natural evolución del artista.
Algunos ejemplos de estas observaciones los encontramos tanto en el estudio de los materiales empleados en las capas internas de las pinturas como en la composición de algunos pigmentos. En las obras analizadas es común la aplicación de una capa de yeso mezclado con cola de origen animal que sirve de aparejo al soporte de tabla, pues su función es la de aplanar y uniformar la superficie de ésta para comenzar a pintar. Luego, el pintor aplicó una capa de imprimación cuyo color sí varía en cada una de las pinturas analizadas.
De modo general vemos que la imprimación de la primera obra, La Anunciación c.1576 realizada en Italia, es de color gris muy claro y está compuesta por blanco de albayalde levemente agrisado con granos de carbón vegetal y una escasa proporción de carbonato cálcico, probablemente para dar un poco de transparencia a la imprimación. Este modo de preparar el lienzo lo toma El Greco de los artistas italianos, ya que cuando estos asumen la pintura al óleo, muchos prefieren aplicar preparaciones claras realizadas con aceite, a la que incorporan pigmentos con propiedades secantes como el albayalde, con el fin de impermeabilizar el aparejo del lienzo realizado con la absorbente capa de yeso y cola animal. Es frecuente que las imprimaciones blancas fueran matizadas con bajas proporciones de pigmentos coloreados como el negro carbón o granos de tierras. Esta es una práctica que los artistas italianos adecúan a la pintura al óleo sobre lienzo, tomada de los maestros del siglo XV del norte de Europa, con los soportes y materiales empleados entonces en esta región.
En las siguientes pinturas estudiadas, La Anunciación c.1596-1600, Cristo abrazando a la cruz y la Inmaculada Concepción, las imprimaciones tienen un tono pardo, que cada vez se torna más rojizo, hasta llegar al tono rojo intenso observado en la pintura La
Inmaculada Concepción. En estas tres obras, el artista incorpora en este estrato barreduras molidas que recupera de los remanentes de la paleta, con las que consigue matizar el tono rojizo de las imprimaciones, y que sin dudas aprovecha en el efecto final de las pinturas. Resultó curioso encontrar en esta capa interna residuos de pigmentos de alta calidad como el azul esmalte, lapislázuli, azurita, amarillo de plomo y estaño, laca de granza, entre otros, que sólo explican su presencia en este estrato a partir de la procedencia descrita antes. No obstante, es importante tener en cuenta que el origen heterogéneo de las barreduras de la paleta hace que la masa de pigmentos obtenida no siempre tenga un tono uniforme, lo que puede explicar la variedad de matices observada a veces en distintas zonas de la imprimación de la misma pintura. Es probable que este recurso, más que un elemental aprovechamiento racional de los materiales para pintar, fuera un recurso sutil con el que obtener mayores matices en esta capa que tanto influye en el resultado final de su pintura.